Celebrando mis 40 años de vida, en la
foto junto a mi Nova, y rodeada de toda mi familia: los Quintero y los Narváez
de Puerto Cabello.
Gracias por las ricas tortas deFlor Quintero y de Freda
Herrera.
También dimos gracias al Señor Dios Todopoderoso en la Iglesia La
Coromoto de Rancho Grande, por las bendiciones recibidas, los milagros en la
recuperación de salud de los míos y la oportunidad de recordar el origen de
aquéllos sueños de adolescente que a lo largo de la adultez se han convertido
en logros alcanzados en mi ciudad caótica Caracas.
Muchas gracias por vuestras
expresiones de afecto y cariño de los amigos y familia que me recordaron este
día.
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