La carta de Pérez Esquivel a Barack
Obama
04/09/13 - 12:22
Es, en lo formal, la carta de un premio Nobel de la Paz a
otro. En lo real, marca las diferencias de donde está parado hoy cada uno. El
argentino Adolfo Pérez Esquivel acaba de difundir una carta abiera al
presidente de Estados Unidos, quien por estas horas busca apoyo internacional
para atacar a Siria. Desde el arranque se vislumbra el tono de la misiva. Va
dirigida a Barack Obama.
Este es el texto completo:
"Carta abierta al Presidente de los EE.UU. de
Norteamérica
Barack Hussein Obama
Escucha el clamor de los pueblos!
La situación en Siria es preocupante y una vez más los
EE.UU., erigéndose en gendarme del mundo, pretende invadir Siria en nombre de
la “Libertad" y los "derechos humanos”.
Tu predecesor George W. Bush
en su locura mesiánica supo instrumentalizar el fundamentalismo
religioso para llevar a cabo las guerras mesiánicas en Afganistán e Irak.
Cuando declaraba que conversaba con Dios, y Dios le decía que tenía que atacar
a Irak, lo hacía porque era dictamen de Dios exportar la "libertad"
al mundo.
Tú has hablado, con motivo de los 50 años de la muerte del
Reverendo Luther King, también Premio Nobel de la Paz, de la necesidad de
completar el "Sueño" de la mesa compartida, de quien fuera la más
significativa expresión de lucha por los derechos civiles contra el racismo en
la primera democracia esclavista del mundo. Luther King fue un hombre que dio
su vida para dar vida, y por eso es un mártir de nuestro tiempo. Lo mataron
después de la Marcha sobre Washington porque amenazaba con desobediencia civil
a seguir siendo cómplices de la guerra imperialista contra el pueblo de
Vietnam. ¿Realmente crees que invadir militarmente a otro pueblo es aportar a
ese sueño?
Armar rebeldes para luego autorizar la intervención de la
OTAN, no es algo nuevo por parte de tu país y tus aliados. Tampoco es nuevo que
EE.UU. pretenda invadir países acusándolos de posesión de armas de destrucción
masiva, que en el caso de Irak resultó no ser cierto. Tu país ha apoyado el
régimen de Saddam Hussein que utilizó armas químicas para aniquilar a la
población kurda y contra la Revolución Iraní y no hizo nada para sancionarlo
porque en ese momento eran aliados. Sin embargo ahora pretenden invadir Siria
sin siquiera saber los resultados de las investigaciones que está haciendo la
ONU por autorización del mismo gobierno Sirio. Ciertamente que el uso de las
armas químicas es inmoral y condenable, pero tu gobierno no tiene autoridad
moral alguna para justificar una intervención.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon,
expresó que un ataque militar en Siria podría empeorar el conflicto.
Mi país, la Argentina, que se encuentra ejerciendo la
Presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, ha hecho pública su posición
contra una intervención militar extranjera en la República Siria negándose a
ser "cómplice de nuevas muertes".
El Papa Francisco también llamó a globalizar el pedido de
paz ydecretó una jornada de ayuno y oración en contra de la guerra para el día
7 de septiembre, a la cual nos adherimos. Hasta tu histórico aliado, Gran
Bretaña, se ha negado (al menos de momento) a ser parte de la invasión.
Tu país está transformando la “Primavera Árabe” en el
infierno de la OTAN, provocando guerras en el Medio Oriente y desatando la
rapiña de las corporaciones internacionales. La invasión que pretendes llevará
a más violencia y más muertes, así como a la desestabilización de Siria y de la
región. ¿Con qué objetivo? El lúcido analista, Robert Fisk, ha precisado que el
objetivo es Irán y postergar la concreción del estado palestino, no es la
indignación que producen la muerte de cientos de niños sirios lo que los motiva
a ustedes a intervenir militarmente. Y justamente cuando ha triunfado en Irán
un gobierno moderado, donde se podría tratar de contribuir a lograr escenarios
de negociaci&oa cute;n pacífica a los conflictos existentes. Esa política
será suicida de tu parte y de tu país.
Siria necesita una solución política, no militar. La
comunidad internacional debe dar su apoyo a las organizaciones sociales que
buscan la paz. El pueblo sirio, como cualquier otro, tiene derecho a su
autodeterminación y a definir su propio proceso democrático y debemos ayudar en
lo que nos necesiten.
Obama, tu país no tiene autoridad moral, ni legitimidad, ni
legalidad para invadir Siria ni ningún otro país. Mucho menos luego de haber
asesinado 220.000 personas en Japón lanzando bombas de destrucción masiva.
Ningún congresal del parlamento de Estados Unidos puede
legitimar lo ilegitimable, ni legalizar lo ilegalizable. En especial teniendo
en cuenta lo que dijo hace unos días el ex presidente noerteamericano James
Carter: "EE.UU. no tiene una democracia que funcione".
Las escuchas ilegales que realiza tu gobierno al pueblo
norteamericano parecen no ser del todo eficientes, porque según una encuesta
pública de Reuters, el 60% de los estadounidenses se oponen a la invasión que
quieres llevar a cabo.
Por eso te pregunto Obama ¿A quién obedeces?
Tu gobierno se ha convertido en un peligro para el
equilibrio internacional y para el propio pueblo estadounidense. EE.UU. se ha
vuelto un país que no puede dejar de exportar muerte para mantener su economía
y poderío. Nosotros no dejaremos de intentar impedirlo. Yo estuve en Irak luego
de los bombardeos que realizó EE.UU. en la década de los 90's, antes de la
invasión que derrocó a Sadham Hussein. Ví un refugio lleno de niños y mujeres
asesinados por misiles teledirigidos. "Daños colaterales" los llaman
Uds.
Los pueblos están diciendo ¡BASTA! a las guerras. La humanidad reclama la Paz y
el derecho a vivir en libertad. Los pueblos quieren transformar las armas en
arados, y el camino para lograrlo
es “DESARMAR LAS CONCIENCIAS ARMADAS”.
Obama, nunca olvides que siempre recogemos los frutos de lo
que sembramos. Cualquier ser humano debería sembrar paz y humanidad, más aún un
Premio Nobel de la Paz. Espero que no termines convirtiendo el “sueño de
fraternidad” que anhelaba Luther King en una
pesadilla para los pueblos y la humanidad.
Recibe el saludo de Paz y Bien
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz".
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