viernes, 28 de junio de 2019

Terminando el curso de Animación Sociocultural


Este viernes 28 de junio terminé el curso de Animación Sociocultural que imparte la Fundación Bigott a través de su plataforma Tradicionenlinea.com


En el marco del cierre, el curso nos hace la pregunta  “¿Te consideras Animador Sociocultural?”. A continuación les comparto la reflexión final del curso, la cual anuncié publicaría en este blog:



Primeramente muchas gracias a Dios por cruzar este curso en mi camino... Gracias a la profesora Zuly Funes por su dedicación y seguimiento con cada uno de los participantes.
Definitivamente siempre lo he sido, soy una Animadora Sociocultural innata, creo que desde niña... Siempre he impulsado a otros a desarrollar sus talentos y por donde he pasado, donde he trabajado, he buscado la forma de hacer gestión cultural.
Antes de conocer esta teoría me autodefinia como Promotora Cultural, pero ahora lo sé, lo que soy es una Animadora Sociocultural...
Puedo echar muchos cuentos, pero prefiero narrar lo que he hecho últimamente.
Recientemente impartí un Taller de Reforzamiento de Liderazgo a un grupo de trabajadores de la institución para cual trabajo como periodista, tras diagnosticar que eran líderes dormidos y decidí ayudarlos a  hacer florecer su liderazgo.
Por otro lado, actualmente doy clases de Danza Contemporánea y Flamenco en los espacios abiertos del Teatro Teresa Carreño, porque el Flamenco es mi pasión y decidí superar todas las limitaciones de espacio y de recursos para hacer mi sueño realidad.. A partir de ese momento comenzaron a moverse las energías. Nos invitaron a bailar en una escuela de la comunidad donde vivo y también me llamaron para dar clases a un grupo de trabajadores de una institución gubernamental.
De forma paralela, tengo un pequeño emprendimiento de Dulces Criollos, con el cual estoy promoviendo la gastronomía venezolana en un evento internacional que se está dando en Caracas. También estoy impulsando a muchos compañeros a convertirse en vendedores de estos productos para complementar los ingresos laborales.
Definitivamente, soy una Animadora Sociocultural y me siento orgullosa de serlo... sé que puedo lograr muchas cosas positivas para los míos,  mi familia, mi entorno y mi país, en el nombre de Dios Todopoderoso.
Pd: (Voy a publicar esta reflexión en mi blog 



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