Hoy fue un día atípico, en la onda que Dios Todopoderoso ha decidido
disponer últimamente para nosotras, para Nova y para mí, en los que uno planifica
una cosa y al final termina haciendo algo completamente fuera de agenda, fuera
de plan, fuera de orden.
Comenzando la Semana Santa, y como siempre que tenemos vacaciones solemos
hacer, nos disponíamos a viajar a nuestro Puerto Cabello querido, pero cuando
llegamos al terminal de La Bandera las colas de pasajeros hacia Valencia eran
tan largas que llegaban al segundo piso, y cuando bajamos para tratar de buscar
los buses directos para el Puerto, casi nos desmayamos por la falta de aire.
Decidimos quedarnos en Caracas, pero no podíamos volver a casa porque
habíamos amanecido sin agua, debido al racionamiento por los trabajos que Hidrocapital
había anunciado para esta temporada y mejorar el sistema Tuy III.
Entonces nos fuimos a la aventura… agarramos el BusCaracas en la estación
La Bandera, ¡qué emoción! era la primera vez que lo tomaba como pasajera y no
como periodista institucional durante el desarrollo de la obra. Nos bajamos en la
estación Socorro, y seguimos caminando hasta La Candelaria.
Nova quería ir al cine, al CC Galerías Avila, para ver de nuevo la peli “Las
aventuras de Sherman”, creo así se llama, un animado estéticamente muy lindo y
bien elaborado, pero donde el mensaje que subyace es que el imperio gringo es
tan poderoso, pero tan poderoso, que es tan o más arrecho que los imperios
antiguos como el Egipcio, el Romano, el Griego, jajjajajjajajjaja. Estoy
cansada de esas películas que transculturizan a nuestros chamos, que juegan con
elementos históricos para venderse como los amos del mundo, pero hay que verlas
pa` poder criticarlas.
Habíamos comprado entradas para las seis de la tarde, entonces nos fuimos a
almorzar, luego debíamos esperar como tres horas para ir al cine, fue cuando se
nos ocurrió que podíamos acercarnos hasta Bellas Artes para asistir a las
funciones de calle del Festival de
Teatro de Caracas 2014: http://www.festivaldeteatrodecaracas.org.ve/.
Aprovecho para felicitar a sus organizadores, pues están llenando la ciudad de
Paz y de alegría. #¡Paz en Venezuela, Venezuela en Paz!
Y así fue, tuvimos la suerte de llegar justo cuando comenzaba una función
de teatro infantil, que no recuerdo el nombre de la obra, pero que fue
espectacular para nuestros niños y niñas, y en el medio de la plaza de los
museos, con una enorme estructura que simulaba ser una sala de teatro en forma de
circo, con un colorido hermoso, acompañado del entusiasmo del gentío que inundaba
los espacios.
Lo más sabroso del ambiente festivalero fue el reencuentro con un pana a quien tenía
tiempísimo sin ver, que venía a visitarme cuando yo trabajaba en la Cinemateca
Nacional, y hoy nos vimos 20 años después con nuestros chamos, nuestros hijos
pues, quienes se sentaron juntos a disfrutar el teatro infantil.
Al llegar a casa, el día terminó extraño. Mientras escribo esto, escucho un
concierto en la TV del legendario cantante de salsa portorriqueño Cheo
Feliciano, mientras dan la noticia de su muerte en un trágico accidente
automovilístico; también me entero de la desaparición de la actriz venezolana
Mayra Alejandra, ícono de las telenovelas venezolanas y protagonista de la peli
“Carmen”, en versión magistral del director Román Chalbaud.
Al mismo tiempo leo los mensajes publicados en las redes sociales
despidiendo al gran maestro de las letras y el periodismo, el colombiano
Gabriel García Márquez (GABO), autor de “Cien años de soledad” (1967), la
segunda novela que leí en mi adolescencia, con un diccionario al lado. Y es
precisamente con uno de sus paradigmas que quiero cerrar esta breve reseña de un día tan raro: "Quiero que el mundo sea socialista y creo que tarde o
temprano lo será". (Gabo, 1983).
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