Creo que no hay mayor manifestación de amor como escribir y publicar un texto en reconocimiento y homenaje a otra persona. Mi papá, Pedro Ramón Quintero Gamboa, de 70 años, le escribió a su papá, mi abuelo, Pedro María Quintero Garrido, para recordar su partida hace dos años. He aquí la reproducción del escrito:
Juana Gamboa y Pedro M Quintero Garrido
A
DOS AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE PEDRO MARÍA QUINTERO GARRIDO, PATRIARCA DE LA
TRIBU QUINTERO GAMBOA
Por Pedro Quintero
Gamboa
Publicado en: http://www.aporrea.org/actualidad/a167263.html
El 2 de junio de 2011, a la edad de 94 años falleció
en la ciudad de Puerto Cabello, donde había fijado su residencia, nuestro
padre, Pedro María Quintero Garrido. Había nacido en Caicara del Orinoco,
estado Bolívar, el 12 de abril de 1917. Hijo del médico Pedro Quintero
Arismendi y de Andrea Rosalía Garrido Olivo de Quintero. Viudo de Juana Águeda
Gamboa.
Los doce hermanos Quintero
Gamboa que le sobrevivimos agradecemos a todos los amigos que nos acompañaron
en esos momentos de pesar. Sabrán
disculparnos por no nombrarlos a cada
uno debido a que fueron muchos los que se nos unieron y asistieron en este trance.
Seguro estamos que las personas que lo conocieron lo
recordarán por sus ocurrencias y buen humor.
También es oportuno evocarlo
felizmente por su desprendimiento y dedicación para ayudar a los demás, a pesar de tener que levantar una familia tan
numerosa.
No citaremos nombres, pero
nunca dudó en abrir las puertas de nuestra casa para auxiliar a quién
necesitara techo, alimentación o apoyo económico. En ese sentido, hemos estado
rememorando y nos quedamos cortos al decir que compartió nuestra vivienda con
más de cincuenta personas. Con nosotros
vivieron: viudas con sus hijos, familiares, amigos, estudiantes, repatriados,
perseguidos políticos, parejas recién casadas e indigentes. Y por supuesto, con gran satisfacción, tanto
para él como para mi mamá y mi abuela Carmen Gamboa, algunos de ellos llegaron
a ser oficiales de alta jerarquía en las Fuerzas Armadas, médicas y médicos,
prósperos comerciantes.
A riesgo de represalias y
prisiones en plena dictadura de Pérez Jiménez, sostenía económicamente a dos
familias que sus padres se encontraban
presos por motivos políticos.
Como dirigente social en Puerto Cabello tuvo participación activa
en la fundación de la Urbanización Portuaria, en el Barrio Morillo y en el
Barrio Pedro León Torres de San Esteban. Asimismo, fue fundador del
asentamiento campesino de El Rincón de San Esteban.
Por lo anterior se desprende
que en la praxis fue un socialista generoso, siempre apresto a socorrer a los
necesitados sin esperar nada a cambio.
En la realidad su actuación en este
mundo lo premió con una inmensidad de amigos, que hasta en los últimos
momentos de su vida lo visitaban y acompañaban disfrutando de sus innumerables
anécdotas o para escucharlo interpretar los tangos de Gardel.
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