viernes, 23 de noviembre de 2007

En Chichiriviche

A mitad de noviembre, armé mi maleta con algo de ropa, mi laptop y me fui con Nova durante tres días para Chichiriviche, estado Falcón, donde por cierto FONTUR, institución pública para la cual trabajo, está construyendo las pocas vías asfaltadas de la zona, ya que todas las calles todavía, insólitamente, son de tierra, a pesar de ser un lugar de gran actividad económica producto del turismo.

Nos pasó algo mágico y fue que conseguimos a nuestras homónimas provenientes de Maracay, estado Aragua. Una madre, Amarilis, que estresada igual que yo, se escapó de su casa con su niña, Daybel, rumbo a la playa. Y de quienes, impresionantemente y de forma casi inmediata, nos hicimos buenas amigas.

Juntas disfrutamos de las piscinas del hotel Gramimar, donde la atención es excelente; viajamos cada mañana en lancha a Cayo Sal y Cayo Muerto, en el Parque Nacional Morrocoy. Reunidas en ese paraíso venezolano, mientras las niñas jugaban en la playa serena y cristalina, las madres intercambiábamos los motivos de nuestras respectivas tensiones, rodeadas de un soleado paisaje tropical espectacular, jajjjajajjajja.

Hubo un momento casi surrealista, en medio del mar me sentí conectada con la Madre Tierra, en perfecta comunión con los cuatro elementos: (agua) mar, (tierra) arena, (aire) viento, (fuego) luz del sol y yo. Fue una sensación muy relajante, que me llenó de energía, de paz, de tranquilidad, de amor; también me sirvió como limpieza y me hizo traer al conciente un montón de ideas y reflexiones:

• Me siento agradecida a Dios por tener salud.

• Nova es, definitivamente, un milagro que llegó para cambiar mi vida y a la vez, es una evidencia de la existencia de Dios.

• Todavía me siento como en otra dimensión, con una liviandad inexplicable.

• El sentimiento del Amor debe comenzar por uno mismo, para luego poder proyectarlo a los demás.

• Venezuela es un país privilegiado de tener tanta belleza natural.

• Los amigos se consiguen en cualquier parte del planeta, la vida nos los va poniendo por el camino.

• Pero también hay que querer y apreciar a la gente que tenemos en el presente, y no esperar perderla para darnos cuenta de eso.

• Que la rutina, el estrés, el tedio del trabajo, la agresividad de la gente en la calle, el tráfico, la contaminación ambiental y sonora, la falta de tiempo para llegar a tiempo, etc, etc, etc, lugares comunes que podemos conseguir en cualquier metrópolis del mundo, no deben acabar, o no debemos permitir que acaben, con nuestra paz interna, con nuestra tranquilidad mental y espiritual.

• Que por todo lo anterior, tampoco debemos perder la valiosa oportunidad de comunicarnos con la gente que queremos, familia, amigos, compañeros, conocidos, otros, jjajjajjajjajja.

• Los cambios no necesariamente tienen que ser golpes abruptos, pueden ser procesos paulatinos, relajados y hay que disfrutarlos.

• Creo que entendí el significado del dicho: “La vida es una sola”. Sinceramente, no sé si la reencarnación existe, tampoco pienso esperar morirme para averiguarlo. Por lo cual, he decidido no perder ni un minuto de mi tiempo, y aspiro vivir intensamente cada momento, cada experiencia, cada persona que conozco, de disfrutar, de aprender, de compartir, de gozarme la vida, pues.

(Las fotografías se las debo)

2 comentarios:

Anaiz Quevedo dijo...

Eliana como tu pusiste en mi blog, estamos conectadas.. Yo también decidí disfrutar esta vida, amarme... a que interesantes reflexiones uno llega cuando nos sentimos vivos, que hermoso.
Venezuela es espectacular y más si te toca experimentar las playas más bellas las de mi tierra adoptiva (Falcón) y digo adoptiva porque aunque nací allí, me siento andina por mis raíces, mis abuelos, ya sabes.
El Parque Nacional Morrocoy es el paraíso en la tierra, aguas cristalinas y tibias, arenas blancas,cielo hermosamente azul, un silencio profundamente especial que fluye con el sonido que hacen aves, olas, viento. es un lugar que como bien dices activa los cinco sentidos, yo amo ese lugar. Lo extraño de hecho. Uno se recarga de buena energía, te conectas con Dios, con el Amor interno, con el todo, con la materia, con lo divino, con la VIDA.
Me encanta y me hizo reflexionar la parte de los agradecimientos. Somos afortunadas y como también lo destacas lo que sucede es que a veces nos falta tiempo para valorar las cosas buenas logradas.

Besos y mil gracias por tu interesante reflexión.... y ahora yo también quiero ir, creo que iré antes de la Abadia de guigue, la Abadía ta full, jejejej

Petrusco dijo...

Hummm...

En Falcón, o más específicamente en la península de Paraguaná tuve también más chamo varias experiencias intensas con la naturaleza. Una de ellas fue sentado en el borde del Cabo San Román viendo como las olas oceánicas rompían unos metros más adelante y se elevaban como una cascada que luego me caí encima por completo, como en polvillo de agua...y el horizonte era puro mar, el cielo puro azúl y el sol indetenible.

Una belleza en verdad que permite entender el sentimiento de cada una de tus reflexiones que comparto.

un abrazo